martes, 21 de enero de 2014

La Bolsa de plástico verde (3) y último.






Continúa el mal tiempo, sigue haciendo mucho frío y sigo sin ver por la urbanización a la mujer de la bolsa de plástico verde, eso quiere decir que debe de continuar ingresada en el hospital.
Tengo que repetir la visita al hospital. Espero que ya le hayan dado el alta a la gitanita, porque no sé qué le voy a decir a la madre, a la gitana de cara de pan centeno, que tiene los ojos, grandes, negros y rasgados, como aceitunas de invierno.
Ya que ya se habrá enterado de que no le subí el bocadillo de jamón a su querida hija.

En estos momentos  estoy en casita viendo la tele y soy feliz, soy feliz porque estoy viendo a mis cantantes preferidos a:
 Serrat y a Sabina en la gira por Latinoamérica, son magníficos, me encanta lo bien que cantan y la complicidad que hay entre los dos es envidiable. 
Los dos son grandes..., no sólo por sus preciosas canciones y sus peculiares voces, sino porque siendo tan buenos, son tan sencillos y están tan a mano, que casi te hacen creer que son de la familia.
Es maravilloso el reportaje de esta gira con sus preciosas, cálidas y desgarrantes canciones que me emocionan y hacen que me olvide de mi soledad y del frío que hace aquí.
Siempre he valorado mucho a los cantantes porque nos hacen la vida más agradable. Sin duda la música es lo que más motiva a mis sentidos.
La música, me lleva y me trae, me lleva a mi pasado y me trae a mi presente.
Es curioso, yo no se cantar, pero tengo un oído especial y muy selectivo, no me gusta cualquier sonido que no sea bueno y  mi oído está muy bien educado... para escuchar, no para cantar...

Suena mi móvil, ¡vaya!, con lo a gusto  que estaba yo escuchando a Serrat y a Sabina...

-¡Dígame!

-Es casa del señor Pedro Ramírez...?


-Sí, bueno, pero..., no..., mi marido..., no está,  él ha muerto.

-Lo siento mucho mi nenita..., discúlpeme usted, verá usted es que yo llamaba a su marido para ofrecerle una nueva promoción que tenemos de telefonía móvil, fija y de internet...

-Ya le dije que mi marido ha muerto.

-¡Ah cuánto lo siento! pero es que yo quería ofrecerle una mejora en el paquete que su marido contrató hace dos años.

-Le repito que mi marido no está ya...

-¿Ya no está, entonces..., mi nenita...?, pero seguro que a él le interesaría este paquete que le vamos a ofrecer por 48,90 € al mes, él podrá tener telefonía móvil, 300 llamadas a fijos e internet ADSL...

-¡Vale! si usted consigue que Pedro Ramírez haga una llamada, me quedo con ese paquete.

-¡Ah! ya sabía yo que al final el señor Ramírez comprendería que esta oferta no la puede dejar pasar.

-Mire usted señora de Ramírez, le voy a ofrecer un paquete...

-Me llamo Guadalupe, señorita.

-Muy bien, Guadalupe, señora de Ramírez, como le decía..., cuando su marido compruebe la factura podrá ver el dinero que va ahorrar con este paquete...

-¡Qué mi marido ha muerto!

-¡Plaf...!

¡Qué barbaridad!, le he colgado es que ya no puedo más con estas teleoperadoras, es que no escuchan nada, sólo quieren soltar el rollo para engañarte con una oferta, que en realidad no es tal oferta.
Me ponen negra, ya me han amargado el día.

-Ring...,ring....

-¡Dígame!

-¿Señor Pedro Ramírez...?

-¿Pero otra vez...?

-¡Plaf...!

Esto es de locos, no me lo puedo creer...

Me voy a dar un paseo, aunque me congele de frío...

¡Ay, Pedro Ramírez!, ¡Cuánto te echo de menos...! Y, qué paciencia tenías tú... con las teleoperadoras, con las encuestadoras y con los vendedores de enciclopedias.
Él siempre atendía muy bien a toda esta gente porque siempre decía que antes de trabajar en la empresa de seguros, cuando era muy, pero que muy joven repartía propaganda por todos los buzones de Barcelona, después vendió enciclopedias y, más tarde, también hizo encuestas para empresas privadas.
Me contaba que cuando hacía encuestas, lo peor era hasta que le abrían la puerta, si conseguía subir a la vivienda ya era pan comido.
 Él sentía predilección por las personas mayores, éstas estaban tan necesitados de cariño y de compañía que casi no le dejaban marcharse de la casa.
Yo en cambio soy más rancia, debe de ser porque soy flaca, él con sus 130 kgs. era el hombre más feliz de la tierra, siempre estaba de buen humor.
Él comía por cuatro, yo la verdad es que aunque hubiese querido comer como él no lo hubiese podido hacer, ya que mi estómago debe estar "pegao" y en cuanto me paso me llama al orden con reflujos y eruptos.

¡Oh, mira quién viene por ahí!

El vecinito de arriba...

-¡Buenas tardes!

-¡Buenas...!

-¡Va usted a pasear!

-¡Sí!, a caso le interesa a usted algo de lo que yo pueda hacer?

-Disculpe, no quería molestarla...

-¡Hasta luego!

No te jorobas, ahora el vecino flaco me pregunta si voy de paseo..., después de dejarme ayer tirada en el suelo y no se molestó en ayudarme...
Viene detrás de mí caminando con esas insignificantes patitas que tiene...
Ahora acaba de pasarme, voy a andar despacio, no le quiero ni ver.

-¡Qué!, hoy no llueve, se puede pasear...

-¡Vaya!, ahora va a resultar que es un murga.

-¿Lupe, puedo acompañarla en su paseo?

-¿Usted acompañarme?

-¡Sí!, pero si le molesto no lo hago.

-No... más que nada es que me extraña un poco, con lo rarito que es usted...
 Ayer por ejemplo cuando me resbalé y me caí al suelo, se marchó en su coche y no tuvo la delicadeza de ayudarme...

-¡Qué me dice mujer! ¿Pero..., cuando se cayó usted ayer?

-Por la mañana, no me diga ahora que no me vio...

-Pues no, no la vi caerse...

¿No pensará que si yo la hubiese visto iba a pasar de ayudarla...?

-Pues qué... quiere que piense, si cuando me lo encuentro en el portal casi me pisa y no me habla...

-Ahí tiene razón, por las mañanas voy tan concentrado en todas las rutas que tengo que hacer, y voy tan metido en mis clientes, que debo parecerle un grosero antipático.

-Pues, sí, un poco antipático si que es usted, aunque no esté bien que se lo diga así de forma tan descarada.

-Me gustaría pedirle disculpas y ser su amigo, al fin al cabo somos los dos únicos vecinos que vivimos en el bloque.
También me encantaría invitarla esta noche a cenar en mi casa. Tengo fama de buen cocinero.

-Perdone pero estoy un poco perpleja, hasta ahora casi no me saludaba y ahora me quiere invitar a cenar en su casa...

-Pues otra vez tiene usted razón pero nunca es tarde si la dicha es buena, me gustaría que nos llevásemos bien si no tiene inconvenientes.

-¿Acepta mi invitación Lupe?

-Me lo pensaré, ja, ja, a ver lo que da de sí este paseo...

-Mire por ahí viene la mujer de la bolsa verde, ya debe de haber salido del hospital, ¡Qué alegría! Ya debe de estar bien.

¿La conoce usted?

-No, no la conozco pero me la he encontrado muchas veces dando vueltas a la urbanización y precisamente esta mujer tan sola me ha hecho pensar, en lo solos que estamos aquí y lo incomunicados que estamos, estando tan cerca unos de otros. 

¿Y no le intriga, quién pueda ser esta mujer?

-Pues no, no..., lo único que me inquieta es verla tan sola y que siempre va comiendo pipas como un pajarillo.

-Se acerca a nosotros, ahora que voy acompañada por usted, voy a saludarla a ver si me contesta.

-¡Buenas tardes, señora!

-¡Mira! no me ha contestado, ella va absorta en sus pensamientos y no existimos para ella.

-Me voy a  acercar a ella y voy a intentar cogerle la bolsa de plástico verde para ver que hace.

-¡Ni se le ocurra!, qué derecho tenemos nosotros a incordiarla.

-Será la única forma de ver si reacciona...

-Señora:

¿ Me deja ver lo que tiene en la bolsa verde?

-¡Madre, mía! se habrá vuelto loco este hombre y yo que pensaba que era un tímido...
¡Qué gracioso le veo ahora!, ya no me parece el hombre gris con el que me encuentro cada mañana en el portal.

-Señora, disculpe, tengo una curiosidad, ¿Me podría decir que lleva usted en esa bolsa verde con la que pasea a todas horas?

Pero qué morro le echa... y a él que le importa, bueno, no voy a ser cínica a mi también me importa..., estoy deseando saber lo que lleva ahí dentro...

La señora se ha detenido, le ha mirado como si fuera un cachorrillo indefenso y abre la bolsa de plástico verde, mete la mano y saca un puñado de pipas y se las pone en la mano a mi vecino.

Yo me acerco, me mira y mete la mano en la bolsa y me da otro puñado de pipas.

 Acto seguido anuda bien la bolsa y sin decirnos nada continúa caminando y comiendo pipas.

Mi vecino y yo estamos encantados con el descubrimiento, seguimos paseando y cuando llegamos al portal me dice:

¿Entonces aceptas mi invitación a cenar esta noche Lupe?

Y, yo, le contesto:

¡Vale!, pero yo subo el postre.

-Perdona, pero no recuerdo tu nombre.

-Me llamo: "apio...", lo dice con la cabeza agachada y tan bajo que sólo escucho: "apio"

-No te entiendo...

-Serapio, me llamo Serapio.

-¡Ah! Serapio, así se llamaba el mejor amigo de mi abuelo.


Fin.

sábado, 18 de enero de 2014

¡Granadilla ya no está tan sola...!










Cuando yo era una adolescente, mis amigos y yo, siempre que teníamos tiempo libre lo dedicábamos a hacer excursiones, y sería el año  1970, con 14 o 15 años, cuando fuimos andando a Granadilla por la carretera vieja y al llegar al río nos pasó un barquero a la otra orilla, pues en aquella época no se podía pasar al pueblo de otra forma.
Habrían pasado como 10 años desde que se marcharon los últimos habitantes y nos encontramos el pueblo abandonado y ya medio derruído; y como podéis ver en la foto (que está medio velada) el torreón (nosotros siempre lo hemos llamado Castillo) también estaba en unas condiciones pésimas.
Como éramos bastante intrépidas recorrimos todo el interior del castillo a oscuras, e íbamos con un palo tanteando el suelo de madera por si había algún agujero, porque había tanta suciedad que no sabíamos con lo que nos podíamos encontrar.
Fácilmente podíamos haber caído a las mazmorras, pues pudimos comprobar que había tablas partidas, pero en esa edad afortunada o desafortunadamente no se ven los peligros.
La cámara que llevaba mi amiga Ana ( la hija de las retratistas) no debía  de estar en muy buenas condiciones y se le encasquilló el carrete, entramos en una casa abandonada para intentar arreglarlo sin que se nos  velara el carrete, y cuando entramos salió una bandada de murciélagos, salimos corriendo como alma que se lleva el diablo, y como resultado están esas malas fotos que tenemos de aquel día, que están medio veladas y en la que nosotras parecemos murciélagas.

Al año siguiente, Enrique, mi novio entonces,  impresionado por el pueblo fantasma, escribió un bonito poema, que más tarde se lo regaló a mi primo Pichi, que era canta-autor, y le puso una hermosa música.
Todos sabemos que para los habitantes de Granadilla abandonar su pueblo fue un tremendo trauma y a todos se nos encoge el alma cuando escuchamos  como fue su partida.


Os pongo el poema:

Qué sola estás Granadilla,
qué callada te has quedado.
Ya no resuena en las calles
la risa de tus muchachos,
ni vuelve ya cada día,
con el jornal bien ganado
a su casa el campesino,
con las mulas y el arado.
Qué sola estás Granadilla,
 que callada te has quedado.
No repican en la iglesia
las campanas a rebato,
para dar la alegre nueva
de que otro niño ha llegado,
ni doblan, tristes y oscuras,
en el duelo, acompañando,
a ese hijo que poco a poco
su vida fue marchitando.
Qué sola estás Granadilla,
qué callada te has quedado.
Sola estás ya y, en silencio,
seguirás siempre guardando,
mil historias diferentes
que tus ruinas  contemplaron.
¡Qué sola estás Granadilla!
¡Qué callada te has quedado!  




Este poema refleja muy bien el abandono de Granadilla en aquellos años, pero afortunadamente en 1980 el cambio político, pasada la dictadura, declaró a la villa de Granadilla monumento histórico artístico y en 1984 se incluyó en un plan de recuperación y rehabilitación de pueblos abandonados.
Gracias a este proyecto de rehabilitación, Granadilla no ha desaparecido como lo han hecho otros pueblos que fueron anegados por las aguas de los pantanos.




Más tarde el ministerio de educación, junto con fomento y medio ambiente incluyó en el plan un modelo de educación alternativa para estudiantes bachilleres, formación profesional y universitarios.
Yo tenía conocimientos de estas actividades, porque me habían dicho que Granadilla estaba quedando preciosa con la rehabilitación, y en una de mis vacaciones al pueblo pude contemplar realmente lo mucho que había cambiado desde aquellas visitas que hacíamos las amigas en los años 70 y desde que Enrique le hizo el poema.


Pero cuando haces una visita turística no percibes que Granadilla "Ya no está tan sola......".
Ves la calles con sus bonitas casas rehabilitadas, sus jardines cuidados, los balcones llenos de flores, pero las calles vacías y solitarias.... y, es por eso, que le pedí a mi amiga Mª José(Monitora) si podía ir un día para ver como se desenvuelve el día a día allí y como participan los chavales: antes, en la reconstrucción y, hoy, en la rehabilitación y conservación.
No pusieron ninguna objeción y por la mañana quedé con Mª José y su marido Carlos y pasé la mañana de taller en taller haciendo preguntas y fotos.

A continuación os voy a describir lo que hacen los profesores y los chicos.

Se levantan temprano por la mañana, se asean, limpian sus habitaciones, desayunan y a las 9 de la mañana se reunen todos en la casa Azul y  se asignan los oficios y tareas.
Cada monitor se hace cargo de un grupo de chicos; todos los chicos tienen que pasar por turno riguroso por todos los oficios y distintos talleres.


Gema, con su mono rojo, lleno de mil pinceladas de colores, se dirige hacia la campana y con gran energía hace repicar la campana, que les indica de que ha llegado el momento de ponerse manos a la obra y cada monitor con su grupo se dispersan por el pueblo.






Yolanda es la directora coordinadora de todo el grupo y debe velar por que todo funcione correctamente y es la monitora del taller de cuero.
Me informa que pasan por Granadilla unos 1600 alumnos al año de distintos puntos de España y de la comunidad europea.
Durante el curso escolar la estancia es de una semana y para poder acceder a estas becas, la universidad o el instituto debe presentar un proyecto al ministerio de Educación para realizarlo en Granadilla.
En verano, es diferente, los chicos son bachilleres y se les otorga una especie de beca a los alumnos que han tenido mejores calificaciones y están 15 días.
Tienen una programación, con unos contenidos y unas actividades para lograr los objetivos de los diferentes proyectos.
También me indica que ponga el horario para los visitantes despistados.
Horario de invierno:
-Mañanas de 10 a 13`30h.
-Tardes    de 16 a 18h.
Horario de verano:
-Mañanas de 10 a 13´30h
-Tardes     de 16 a 20h.








                               



Continúo con Ade, es la monitora de agricultura,  se coge a su grupo y se marcha con ellos a las viñas a cortar las uvas para después hacer mosto. Me cuenta Ade que tienen 14 huertos, cada uno dedicado a un tipo de cultivo: verduras, cereales, frutales, olivos, granados etc...Tienen viveros donde unos chicos inician el ciclo de sembrar las semillas, otros las plantaran en los huertos,  otros los cuidaran y otros  recolectaran los frutos.

Cultivan la tierra durante todo el año,  en cada estación lo que corresponda, al igual que en su día lo hicieron los habitantes de Granadilla.
El cultivo es ecológico al cien por cien, los abonos los preparan ellos con el estiércol de los animales y residuos vegetales.
Los fungicidas también los preparan ellos con plantas, como por ejemplo utilizan mucho las ortigas para combatir plagas. 
Ade, al terminar la jornada, les da a los chicos clases de relajación y meditación en las mazmorras del castillo.



















Después me paso por el taller de artesanía, donde están los telares, allí está Mª José con su grupo de chicos y lo primero que hace es decirle que cojan unos cepellones enormes de lana sucia, que ayer esquilaron con Jose Velasco, el monitor de ganadería, y se marchan a la fuente a lavar la lana con jabón casero, que ellos mismo realizan en el taller de reciclado.
La monitora les explica que deben darle solo dos enjuagues para que no se rompa la lana.
Los chicos se resisten a meter las manos en en ese agua amarillento y ella les dice, que ese color es debido a la lanolina, que prueben y verán como sus manos se quedan muy suaves.

A continuación ponen la lana a secar y en el taller les muestra los diferentes telares, ruecas, cardadores y les enseña a tejer.
Mª José también les imparte clases de Recursos naturales. Conocimiento de plantas y sus propiedades y su aplicación en medicina, tintes naturales, ambientadores, cremas y fragancias naturales.

















Por la calle principal viene Pepe el monitor de cocina, viene con un gran cesto cargado de huevos frescos que han recogido de las gallinas autóctonas de Extremadura, que ellos mismos crían. 
Se dirige hacía la tahona donde le espera un grupo de chicos, allí hacen el pan y los dulces. Me dice que  hoy toca hacer huesos de santos. Les explica la receta y con las manos en la masa, cada uno hace un montón de husecitos de santos, después los fríen y en el almuerzo se los comen, yo di cuenta de uno y les habían quedado deliciosos.
Me comenta Pepe, que el horno lógicamente es de leña, y  que ellos se abastecen principalmente  con energía solar y ayudados de  un generador .
Continúa diciéndome, que lo ideal hubiese sido poder hacer un proyecto de energía alternativa, con biomasa, ya que allí tienen muchos residuos para poder llevarlo a cabo, pero no hay dinero para el proyecto y es una espinita que tienen clavada.
Mas tarde Pepe y los chicos  irán al taller de apicultura.


















Me dirijo hacía la casa de las Conchas que allí está Gema con su grupo, ella, es la monitora de restauración. Los chicos están pintando las paredes y están haciendo bonitos estarcidos con plantillas que ellos mismos han diseñado.
Las pinturas , barnices y tintes que utilizan son ecológicos, indica Gema.
También, dice Gema, que restauran muebles viejos  y los convierten en muebles útiles.
Después del almuerzo impartirá el taller de cestería.





Cuando paso por la plaza me encuentro con Jacinto, el monitor de jardinería, que viene con su grupo de regar todas las plantas de los balcones y ahora van a arreglar los setos y a cortar el césped.
E, igualmente que en agricultura, en los invernaderos siembran las semillas, repican y siembran las plantitas.
Se encargan de mantener todos los jardines,  poda de árboles, y de crear ambientes y sensaciones para que el pueblo luzca tan bonito, como lo podemos ver en nuestras visitas turísticas.





                             



Bajo hacía el castillo y me encuentro con Roberto que es el encargado de fontanería y mantenimiento de las redes.
 Les está explicando a dos chicos como se arregla una bomba de agua.

También me encuentro con Tito, que está  con otros chicos podando las palmeras.
Y con Roberto que es el encargado de atender a los animales junto con Jose Velasco, el monitor de ganadería que tenía el día libre y no le he podido ver.






Roberto me enseña el granero y me explica que ellos siembran los cereales y los recolectan para dar de comer al ganado: ovejas, vacas, gallinas y cerdos.
Y se encargan de atender el ganado y de pastorearlo.






Finalmente acabo en el taller de servicios generales, allí  está Carlos con su grupo de chicos reciclando envases y residuos como el aceite y con éste  hacen el jabón casero para el aseo y la limpieza.
Me comenta Carlos que en total habrá unas cien personas en el pueblo y todo lo que es factible de reciclar lo reciclan.
Más tarde Carlos les impartirá clases de cerámica.
También me dice que tienen un taller de radio de una emisora local, taller que lo imparte el médico, Jose María, que además de ejercer su profesión se encarga también de  la recuperación de espacios naturales y de su limpieza y por supuesto de inculcarles unos hábitos de vida sadulable.



A las 12  hacen un paron  para tomar el bocadillo que les preparan las expertas cocineras.
Y, a continuación se reparten de nuevo los grupos de chicos con los monitores y van pasando por distintos talleres de artesanía, ahora, más lúdicos, de recursos naturales, plantas medicinales y aromáticas, de repujado de cuero, de cestería, de cerámica, de radio,  de apicultura, y de relajación y meditación.(como podéis ver en las fotos)

Por las tardes tienen actividades deportivas que están incluidas en el programa, Nuria y Adela son las monitoras que son contratadas sólo durante los meses de verano y realizan talleres de salvamento acuático, piragüismo, rutas en bicicleta, agrosport ,senderismo para ciegos, juegos de grupo de sensibilización, torneos de fútbol , waterpolo, baloncesto y rutas nocturnas de piragüismo y ciclismo.
Y por las tardes también hacen talleres de sensibilización, lo llaman  el túnel del tiempo.Visitan una casa, que se ha podido conservar en su estado original, y rememoran lo que fue allí vivido.

Al finalizar mi visita he podido comprobar en primer lugar que los chicos están encantados, conociendo una forma de vida rural que ellos desconocían y que además con la convivencia tan intensa que tienen les crean vínculos de amistad para toda la vida.
Y, también, como los monitores están perfectamente coordianados y con una gran dosis de conocimientos, paciencia y entusiasmo, junto con los chicos, que me dicen que tienen un comportamiento ejemplar, han ido rehabilitando, conservando y despertando esas casas dormidas...... como la casa de las conchas, la casa Roja, la casa Museo, la casa de la Balconada, casa Arco, casa Azul y la casa de tío Molina.
Y, que en sus talleres han sabido transmitir los conocimientos de todos los oficios que realizaban los habitantes de Granadilla.
Y, que para cumplir sus objetivos, lo prioritario es el trabajo en equipo de profesores,  alumnos y personal de servicios, limpieza y cocina.Basado en la libertad y respeto  mútuo.
El respeto por el medio ambiente y la utilización de todos los recursos naturales para llevar a cabo esta bonita labor de recuperar Ganadilla.
Y, he podido percibir que en cada taller está el alma de aquellos hombres y mujeres que un día se vieron obligados a marcharse. 
Y, que las calles centrales de granadilla han vuelto a recobrar la alegría con las risas y voces de estos chicos que transitan por ellas. 

Y, concluyo diciendo:

 ¡Ya no está tan sola Granadilla!