Hacía años que no estaba en esta fiesta, porque suele caer en día laboral. Este año se ha celebrado el primero de mayo, y como viene siendo habitual en la Ermita.
Recuerdo de pequeña que se llenaba el suelo de tomillo (Cantueso), ahora se hace de una manera más discreta, se amontonan los ramos en un rincón y los asistentes a la ceremonia se llevan el ramo, que previa y simbólicamente ha bendecido el cura los campos, para que se recoja una buena cosecha.
El olor del tomillo, como nosotros lo llamamos, es embriagador y me transporta a esa infancia feliz que tuve alrededor de esa Ermita, unas veces jugando en su sombra y otras en su solana...
Ahí os dejo unas poquitas fotos que hice a las chicas guapas de Zarza, un abrazo para todos.