viernes, 24 de abril de 2020

A nuestro amigo, Juan Carlos Cambero






Qué día más bonito ha salido hoy, Charly, seguro, que tú has tenido algo que ver…
Seguro, que has volado en tu parapente, o en ese artilugio que tenías para subir por encima de nuestros tejados, y has despejado las nubes, para que podamos ver ese cielo azul y limpio, que tú siempre has visto desde las alturas, antes que los demás. Y, nos lo muestras, hoy, así de radiante para que dejemos de llorar por ti…
 Y, recordarnos que para ti  no había barreras en esta vida, y que mucho menos... las vas a tener en la otra.
Me ha costado ponerme a escribir, porque la pena y el llanto, ahogan las palabras y los pensamientos.
Será cierto lo que dice un amigo, que cuando siente no escribe…
Pero, aunque muy duro, no me resulta difícil escribir sobre ti, porque siempre he admirado:
Tu inteligencia, tu valentía, tu alegría, tu tenacidad y tesón, tu espíritu aventurero… y tu fortaleza ante las adversidades por las que has tenido que pasar en tu vida.
Has hecho de todo, sin tenerle miedo a nada, ni a nadie:
Has trabajado mucho en el molino de tu padre, has estudiado una carrera en la edad adulta, has montado una academia y has sido profesor, has construido una pequeña aldea con tus chozos y le has dado vida a una tierra estéril… Has sido pionero en la informática…
 Y, has sabido combinar, inteligentemente, el trabajo con el ocio:
Has disfrutado mucho: volando por los cielos, navegando por pantanos, recorriendo España y Europa con tu moto, con tus carreras en  kart, con tus ocas, tus gallinas, tu huerto, con tus recetas sanas, tu exquisito pan, tus asados y tus potajes. …
Y, en fotografía, has hecho reportajes espectaculares...
También fuiste pionero en las redes sociales… creando tu blog (La majada de tío Juan)
Y, has querido mucho a una gran mujer, que siempre ha estado, ahí, a tu lado, María Jesús, a la que queremos un montón, y siempre nos tendrá, ahí, para lo que necesite.
Me despido diciéndote, que tu paso por la vida, tan intenso, tu versatilidad y tu fiel amistad, va a hacer imposible que te olvidemos.
Aunque, ahora, nos ahogue la pena.
Un abrazo, amigo Charly.
Descansa en paz.



jueves, 9 de abril de 2020

Una despedida













Esta terrible pandemia que nos ha tocado vivir, se está llevando a muchas personas, a unos, por el coronavirus y a otros, porque ya les había llegado su hora, pero lo más triste  de todo esto, es no poder hacerles un entierro digno, como todo el mundo se merece…
Hace unos días, un amigo, Bonifacio Gil Planchuelo, nos dio la triste noticia del fallecimiento de su hermano Jesús.
Me sorprendió porque Jesús todavía era joven, y me produjo mucha tristeza, y a la vez mucha ternura, cuando vino a mi memoria su cara siempre sonriente con sus ojos oscuros y chispeantes…Le recuerdo muy bien, asomado a la puerta de su corral, que daba a la carretera.
Aunque, tímidamente, siempre te saludaba cuando pasabas a su lado…, él esperaba a que, yo, en concreto, pasara de largo, y al momento me decía:
 Seguina…
Yo me volvía, y le decía: Jesús, bicho…
Y, con la cabeza agachada y ladeada, sonreía mirándome de soslayo.
En otras ocasiones, cuando éramos pequeños, coincidíamos en el bar del canalón al mediodía, porque nos mandaban nuestras madres a buscar a nuestros respectivos padres.
Él, permanecía, sonriendo tímidamente, de pie, al lado de su padre, atento a las conversaciones jocosas que ellos mantenían.
A mí me daban un plato de cacahuetes y me mandaban sentar en una mesa.
Al final, nos espabilaban a los dos, nos echaban para casa, Jesús protestaba algo, pero yo me iba sin rezongar...
Sí, yo, al día siguiente pasaba corriendo por su puerta a hacer algún recado, me esperaba a la vuelta, y asomado tras las cortinas, me decía:
Seguina… Ayer fue buena… (La merluza, se entiende)

En los últimos años se le veía los domingos con traje y corbata, acompañando a su padre a tomar los vinos, siempre a su lado, muy alegre, sonriente, y mirándole con gran admiración.

Seguro, Jesús, que si existe un cielo ahí estás tú, ahora, junto a tu padre, asomado desde alguna puerta, mirándonos y controlando nuestras idas y venidas...
Y, decirte, que te recuerdo con cariño, porque siempre fuiste un niño grande y bueno, y formaste parte de nuestra infancia y juventud.
 Descansa en Paz.