¡Hola! amigos: el año pasado dije que ya no haría más fotos en semana Santa, por no repetirme..., pero no he podido defraudar a la gente que sigue mi blog, que está fuera y que no ha podido acudir a Zarza en estos días.
También percibí en la procesión del Silencio que había menos participación que el año anterior, y me pareció que era una forma de agradecer a Don Emiliano su esfuerzo en la realización de todos los actos religiosos y a todas las cofradías y banda de música la importancia de su presencia, entrega y dedicación en las procesiones.
Por otro lado está la restauración de la ermita del Cristo, que como podéis ver en las fotos finales urgía ya.
Ha quedado espléndida, parece más grande y luminosa. Lo único que echo de menos son las adelfas, las palmeras y el rosal de pitiminí.
Entiendo que las adelfas son tóxicas y que es una zona muy transitada por niños y es posible que esa sea una de las mayores razones por la que las hayan quitado...
A nosotras nos decían de niñas que no oliésemos las flores de la adelfa porque se nos hinchaban las narices...
Nunca se me hincharon las narices, ni vi que se le hincharan a nadie, pero siempre le teníamos un cierto respeto a esa flor tan delicada y fina pero tan tóxica.
Ahí os dejo las fotos de este año espero que os gusten, aún no tengo mi cámara, y se nota...
Restauración de la Ermita del Cristo
6 comentarios:
Muchas gracias, bonitas fotos.
muy bonitas
Gracias, mealegro que te gusten.
Hola
Como siempre reportaje maravilloso .
Mariche
Hola
Como siempre reportaje maravilloso.
Mariche
Entristece esta costumbre de retirar árboles y plantas en Zarza de Granadilla. Han restaurado la Ermita del Cristo y con ello se han llevado las adelfas, las rosas y las palmeras. Con ello han borrado el escenario de muchas de nuestras vidas. Menos mal que nos quedan las fotografías de las comuniones, de los quintos y de algunos acontecimientos. Las adelfas y las rosas estaban allí cuando yo nací. Nunca las adelfas me hincharon la nariz y me complacía mucho pasear por allí, jugar entre el verdor abundante allí y escaso en el casco urbano.
BRÍGIDA PLATA DOMÍNGUEZ
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