Ayer domingo nos hizo un día espléndido en nuestro precioso Valle del Ambroz y un grupo de amigos decidimos hacer una marcha a Piedras Labradas. Lugar donde yacen los restos arqueológicos de un templo.
La subida es un poco "jodidilla" aunque mis amigos expertos digan que es una marcha suave.
Yo suelo ir a la cola del pelotón, en primer lugar porque suelo ir con la lengua fuera en las subidas y en segundo lugar es que casi todo me parece digno de fotografiar.
A ver si me cambian un poco la mentalidad de la marchas y las hacen más relajados.
Ellos van con la cabeza gacha, y apenas sin mirar a su alrededor, caminando muy deprisa para llegar lo antes posible a la meta.
Yo voy parándome y disfrutando del paisaje a cada momento, pero siempre sola...
Sólo voy acompañada si decido acompañar a mi amigo Juanjo por el lugar más escarpado del terreno... (que fue el que me hizo las fotos, haciendo la cabra en un cancho-balcón y yo se la hice a él)
Me esperan alguna vez... y me echan la bronca pero yo no les hago ni caso.
Con decir que algunos no salen en las fotos...
Cuando subimos arriba a la cumbre a Piedras Labradas nos encontramos que había allí un puesto de avituallamiento para una carrera pedestre que había convocada en las jornadas del Otoño Mágico del Valle del Ambroz.
Los corredores partían de Casas del Monte hasta Piedras Labradas y regresaban por un camino que va desde la ladera de la sierra de Jarilla a Casas del Monte.
Bueno, bueno..., esa carrera es toda una proeza, hay que estar muy en forma para participar en ella y los corredores iban más frescos que una rosa.
En fin que fue un día muy completito ahí os pongo las fotos para que juzguéis.
1 comentario:
Que chulada, así se desconecta de maravilla de los problemas.
Un beso mami
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