Este fin de semana tenemos la suerte de poder presenciar en vivo y en directo el campeonato mundial de Triatlón en el pantano de Gabriel y Galán , en el complejo deportivo del Anillo. Ya sabéis marchita, bocata , o mejor un buen trozo de hornazo de salamanca, que estamos en fechas de ello y seguramente paraguas. Yo me muero de ganas de ver el ambiente. Ya el año pasado fue precioso. Deportistas..., pululando por todo el pueblo. Os meto aquí la siguiente nota de prensa:
Hay 26 mujeres representando 12 países diferentes en la categoría Élite. España tendrá mayor representación Este evento histórico incluye a diferentes triatletas que han competido a nivel internacional e incluso en Olimpiadas. En categoría Élite Femenina, contaremos con la presencia de la austriaca Carina Wasle, la francesa Marion Lorblancht, Darrene Parket de Gran Bretaña, en categoría Élite Masculina, el Suizo Oliver Marceau, el Holandés Rob Barel, el Portugués Bruno y el sudafricano Conrad Stoltz. Todos ellos parten como favoritos, entre otros. con 5 atletas: Helena Herrero, Zuriñe Rodríguez, María Pujo , MªSaleta Castro y Natalia Raña. En categoría Élite Masculina hay 35 convocados, de 17 países diferentes. El que tendrá mayor representación será Estados Unidos con 6 triatletas. Los triatletas españoles que asistirán a la prueba serán: Francisco Fernandez-Cortes, Victor del Corral y Eneko Llanos.
Dedicada esta entrada a mi madre, para que
nunca olvidemos que su vida no fue nada fácil...
Para agradecerle la plena dedicación: a su
marido, hijos y nietos.
Y, pedirle perdón si alguna vez no estuve
a la altura de las circunstancias
Mi madre, ha sido, y es una gran mujer, y
como podemos apreciar en estas fotografías, su rostro refleja una belleza,
serena, de rasgos dulces y delicados.
Hogareña, muy trabajadora y muy práctica,
dedicada exclusivamente a su marido, hijos y nietos, de tal manera, que no tuvo
tiempo para ensoñaciones...
Actualmente, mi madre tiene 92 años, y es dura como un roble, y
delicada como una florecilla silvestre.
Se crio y vivió en la dehesa de San Miguel con sus padres y
diez hermanos.
Ella, era la mayor, y no tuvo más remedio que ayudar a su
madre con toda la prole.
En esta foto podemos verla arriba muy
sonriente, al lado de su madre, que está dándole el pecho al penúltimo hijo.
Todos los niños que están delante, excepto
los dos pastorcillos, eran sus hermanos. Sólo faltan tía Tofi y tía Vale.
Mi madre sólo pudo ir a la escuela un
año y, en ese año, aprendió a leer, a escribir y las cuatro reglas. No tuvo más
remedio que aprender rápido.
De soltera trabajó en el campo duramente.
En invierno montaban y cuidaban los criaderos de pimientos, tabaco
y otras simientes.
En primavera, por esta época, se sembraban los pimientos... Desde que
salía el sol hasta que se ponía; sólo descansaban una hora para comer...
Dice, que la rabadilla, llegaba un momento que no la sentía,
se le entumecía.
También, nos dice que el sol calentaba como un
"pelmazo", y que se cubría el rostro y la cabeza con un gran
pañuelo y un sombrero de paja para que su piel blanca y delicada no se
quemara.
Su amiga Engracia y mi madre
Los domingos y días de fiesta, días de descanso entre
comillas, iba al pueblo, siempre después de hacer la colada semanal, es decir,
después de ir a lavar toda la ropa al arroyo o al río.
En esos días, y escasos momentos de diversión, debió conocer a mi
padre y se hicieron novios; fue su único novio, que yo sepa.
Cuando mi padre se casó con ella, siempre comentaba, un señor: que
Eufemio se había llevado el mejor "tallo" de San Miguel.
Nunca la vi echarse para atrás ante cualquier situación
complicada, ni la hacía temblar ni el frío, ni el calor…
Mi madre casi nunca tiene frío, siempre dice:
-Qué frío... ni qué ocho cuartos..., frío..., era el que
pasaba yo... cuando tenía que romper el carámbano con una piedra para lavar la
ropa en el arroyo.
Tampoco, siente mucho el calor, dice:
-Calor..., calor... era el que pasaba yo..., regando los
pimientos en los retamales, en pleno mes de julio a 40º grados a la sombra.
-O, cogiendo garbanzos en pleno verano en las viñas...
- O, yendo a llevarles la comida a los segadores a la era al
medio día, con toda la "calorina". (Que casi siempre era gazpacho
extremeño que ella misma les hacía).
Mi madre, lógicamente, no tiene ningún sentido bucólico del
campo, no añora nada a San Miguel, y no le gusta ir al campo...
Para ella la palabra "Campo", sólo tiene un sentido:
"TRABAJO".
Y, estar en el campo sin trabajar, para ella, es como perder el
tiempo...
María, Mi madre y Tere
Los trabajos, que se hacían antes en el campo eran muy duros, los
medios de producción, las herramientas..., eran sus propias manos, sus brazos y
sus costillas.
No olvidemos que la mecanización del campo fue muy posterior a su
época. Es posible, que muchas personas de su generación, piensen de la misma manera...
Ella, tampoco entiende mucho, de la moda de ir, ahora, al campo y
alojarse en casas rurales…
Ella dice:
-Qué... estamos como bobos..., qué no entiende que estemos todos los
días trabajando... y cuando tenemos un día libre, nos vayamos al campo, y
además, andando..., pudiendo ir en coche.
Y, que comamos rodeados de moscas..., pudiendo comer en
casa, cómodamente y fresquitos.
Mi madre y yo, no me saques una foto que estoy en bata...
Y... lo que ella ya no puede entender es, que se te ocurra ir un
fin de semana a una de esas casas rurales que tienen animales, y que te inviten
a laborear en el campo y a ordeñar las vacas...
Ella dice:
-Vaya bobada..., de invitación..., a trabajar… allí..., entre
todas las pestilencias…
-Y, ¿encima, pagáis por ello...?
Vamos, lo veo y no lo creo…
¡La gente está ahora turulata!
Su boda
Cuando se casó con mi padre dejó de trabajar en el campo,
aunque no del todo, pues ellos sembraban en verano su huerto.
Tuvo ocho hijos, dos que murieron de pequeñitos, y dos abortos,
que casi se la llevan para el otro barrio, como dice ella.
Pero su naturaleza debe de ser buenísima porque salió adelante.
Los dos abortos y las fiebres altas, producidas por el paludismo
son las únicas enfermedades que ha tenido.
Dice que el paludismo se lo curó un curandero del Casar de
Palomero.
Siempre nos cuenta, que la llevó mi padre muy enferma,
montada en una burra hasta este pueblo; que está a unos veintitantos... km. de
Zarza, y que en el camino se preparó una tormenta, y les cayó un gran chaparrón.
Cuenta, que mi padre, cuando la bajó de la burra, la llevó en
brazos al curandero, porque ella no podía andar, de lo débil que estaba debido
a las fiebres tan altas que tenía.
El caso es, como dice ella... que fue ir al curandero, tomarse los
potingues que le recetó y curarse.
Y, debió de ser un gran antídoto contra todas las enfermedades,
porque nunca está enferma.
Cuando éramos pequeños, en verano, la acompañábamos a las
viñas, después de la siesta, con toda la "calorina", a coger habas y
garbanzos, e higos para los “guarrapinos”.
Ella, siempre, se encargaba de dar de comer a los
"guarrapinos", y de cuidarlos para que engordaran bien, en la matanza
estuvieran bien gordos.
Y, después de la matanza, se encargaba de la conservación de toda
la chacina, morcillas, chorizos, lomos y jamones.
Le preparaba el "berbajo"(comida de los cerdos) con
mondas de patatas cocidas, eran unos piensos de color marrón, revueltos con
agua, recuerdo que olía fatal...
Cuando más disfrutaba haciendo la comida a los cerdos era en
verano, les partía sandías "cacheteras" (pequeñitas, que se parten de
un cachete).
Según las iba partiendo, las que salían dulces y jugosas
se las comía ella, y las "desaborías" para los cerdos. Así
hasta que llenaba el cubo...
También les hacía la comida a los perros de caza de mi padre. Esto
le hacía menos gracia.
Le cocía arroz blanco, con las pieles de los
pollos. Les decía: comed perruchos..., no le gustaban mucho los perros,
delante de los demás, pero a solas, más de una vez, la hemos pillado
acariciándolos....
Cuidaba de sus gallinas y pollos, que tenía en el corral al lado
de la casa, les daba la comida, y le echaba el ojo al pollo que iba a caer el
próximo domingo.
Vigilaba a la gallina clueca, que había subido al
"sobrao" para que "engüerara".
En un barreño de loza metía paja, y allí colocaba
doce huevos, a los que le dibujaba una cruz con un lápiz, esto lo hacía, para
que los huevos no se quedaran "güeros" si había tormentas.
Y por supuesto... se pasaba el día entero en la cocina,
haciéndonos el desayuno, la comida y las cenas…
Qué..., como ya he comentado más de una vez, cuando éramos
pequeños, a diario, se comía cocido, plato muy completo en aquellos tiempos: la
sopa de fideos o de pan, los garbanzos, la verdura, la carne, el chorizo, la
morcilla fina, el tocino y el relleno. (Con la comida de un solo día de
entonces, tengo yo ahora para comer una semana).
Los domingos cocinaba arroz con costillas adobadas o con
pollo.
Pollo, que le ayudábamos a coger del gallinero y una vez en la
cocina, como ella decía..., le retorcía el gañote y se quedaba tan tranquila.
Ella, no se andaba ni con bobas..., ni con tontas...
Sus mejores platos, son las patatas cocidas con y sin carne, las
patatas fritas, los estofados de carne y las roscas fritas.
Así, como mi padre pecaba de autoritario, mi madre era todo lo
contrario, a la hora de la comida si teníamos la suerte de que mi padre llegara
a comer más tarde, si veía que empezábamos a "esparramar" los
garbanzos por el plato, nos preparaba un plato de patatas fritas con huevos
frito.
Si hacía buen tiempo, por las tardes mi
madre se ponían a coser y a remendar en la solana del Cristo.
Se juntaban allí casi todas las vecinas, tía Tomasa, tía Upe, tía
Máxima, tía Fructuosa, la Rosa, la Primi, la Antonia, la Sofía, la tía Riaja,
etc… y allí cosían y hablaban sin parar.
En el cesto de la costura, nos tenía preparada la merienda, y cuando salíamos
de la escuela íbamos directamente a la solana del Cristo a buscar la
"meriendilla".
Y, nos quedábamos allí jugando al limbo que dibujábamos en el
suelo, a la goma, a la comba o a los botones.
A mi madre siempre le han gustado las
procesiones, cuando yo era muy pequeña, en primavera antes de la Semana Santa,
venían al pueblo unos misioneros y celebraban el Rosario de la Aurora.
Mi madre me levantaba a las cinco de la
mañana para asistir al rosario, y hacían una procesión, durante la cual se iba
rezando y cantando en alto, en el más absoluto de los silencios a esas horas
intempestivas:
“Los
que van al rosario no tienen frío”
“Los
que están en la cama están arrecíos”
Mi madre ha tenido una gran dependencia de mi padre y todo lo que
hacía era para y por él.
Él, a cambio, la mimaba mucho, y para quitarle trabajo le iba
comprando todos los electrodomésticos que iban saliendo: lavadora,
lavavajillas…
La única diversión que tenía era ir al cine los domingos, siempre
cargada de muchachos.
Y, a los toros en Junio en las ferias de Plasencia.
A ella le gusta contar..., que cuando mi padre la llevaba a los
toros de las ferias de Plasencia en la moto..., llevaban montado
entre los dos a mi hermano pequeño, y... si pasaba un camión, el corazón de
Carlitos hacía: tac, tac, tac...
Creo que mi madre ha sido una mujer feliz. Yo siempre
recuerdo su cara sonriendo, cuando ella era joven, y nosotros éramos
pequeños...
Algún disgustillo, cuando mi padre se enredaba en los bares, pero
se le pasaba rápido.
Nunca nos puso la mano encima, cómo era lo habitual en aquella
época, y siempre nos tenía muy relimpios. (Véase en las fotos)
Mi prima Marite, Quique y yo
Parece fuerte, y es fuerte físicamente, pero se siente insegura en
terreno desconocido.
Desde que murió mi padre, vive con nosotros, sus seis hijos.
Ella decidió estar un mes con cada uno.
Algo, ha cambiado su carácter, lógico..., con la edad…
Fue difícil para todos, la muerte de mi padre, pero para ella más.
Cada mes cambia de casa, de cama, de comidas, de hijos, de yernos,
de nueras, de nietos...
Pero lo va sobrellevando muy bien.
Ellos, que llevaron una vida tan dura, lo sobrellevan todo bien...
A veces me dice:
Yo, ya quiero "cascar el poleo" pronto, e irme
"pa" el otro barrio, esto es muy aburrido...
Tiene pocas, o ninguna afición. No tuvo tiempo para aficiones,
sólo le gustan los culebrones de las series sudamericanas, las películas del
Oeste y de cine de barrio. Pero cada vez oye peor y no lo lleva muy bien.
Y, se está haciendo pequeñita y menudita, aunque nos come muy
bien.
Todos intentamos que esté lo mejor posible.
Dónde más le gusta estar es en su pueblo, allí se da sus paseos y
visita a sus hermanos y va misa los domingos con su amiga Margarita.
Felicidades Mami:
La queremos muchísimo.
Qué te he dicho... qué no me hagas más fotos...- me dice...
P/D: Esta publicación la hice antes de que mi madre muriera el 8 de Mayo del 2012. No hay un sólo día que no piense en ella.
Compras carne picada de cerdo en la carnicería de Eufrasio, en Zarza.
En un recipiente pon la carne picada y la adobas con:
Sal, un ajo y perejil machacado, un huevo y pan rallado.
Lo mezclas todo muy bien.
En la encimera colocas un trozo de papel de aluminio y en una esquina de este pones un montoncito de harina.
Vas haciendo bolas grandes con la carne picada, las rebozas en harina y las aplastas.
En una cazuela pon aceite a calentar (como un dedo en horizontal, ver la receta de las albondigas) y cuando esté caliente ve friendo los filetes.
Una vez hayas terminado de freír los filetes, en la misma cazuela, retirando un poco de aceite, haces un sofrito con cebollita muy picadita y zanahoria.
Por último le añades un vaso de vino blanco un vaso de agua, sal y una hoja de laurel y lo dejas cocer hasta que lo filetes estén tiernos.
Era muy posible, que cuando llegaras a casa del cine, tuvieras de cena leche migá...
La leche migá es muy fácil de hacer:
Corta pan a rebanaditas como para hacer sopas y las dejas en un recipiente.
Pon leche a hervir con un palito de canela, y yo, además, le añadiría un botecito de nata, pues hoy día las leches son como agua y total un día es un día.
Cuando empiece a hervir apaga el fuego y endulza la leche con azúcar.
A continuación, con la leche bien dulce, la viertes en el recipiente donde tienes el pan "asopado".
La dejas reposar y enfriar, se suele hacer por la mañana para tomarla en la cena.
Parece ser que vamos a tener la Semana Santa pasada por agua y una merienda-cena con torrijas y chocolate nos va sentar de cine.
Hablando de cine es una pena que alguien de Zarza no se anime a montar uno, como ya os dije en una publicación anterior hubo un tiempo en que tuvimos dos cines en el pueblo.
Pasaban películas a diario, además de los fines de semana, y casi siempre había lleno, a la gente del pueblo le entusiasmaba tanto que no le importaba ver la misma película varias veces.
Cando yo era pequeña, siempre, por estas fechas nos ponían películas de carácter religioso, como: Fray escoba, Marcelino pan y vino (donde llorábamos a moco tendido), Rosa de Lima, Los Diez Mandamientos, Benhur, Hercules, Maciste, Quo Vadis, El padrecito...
Y, pasábamos la tarde fenomenal, primero paseábamos carretera abajo y carretera arriba, comiendo pipas y a las siete de la tarde empezaba la primera sesión de cine.
Solían poner dos películas, una buena y otra un poco tostón, de esas de relleno...
Los niños hasta que no teníamos unos 12 años no nos sentábamos en butaca, había destinado para nosotros unos bancos en la primera fila y otros bancos en el lateral izquierdo, en el gallinero y en las repisas de las ventanas.
Ahí era donde nos acoplaban, todos arremolinados, dándonos codazos y patadas.
Después de pasar por la larga cola que se preparaba a la puerta y de darle las dos cincuenta pesetas a tío Felix, entrábamos como caballos, siempre corriendo para pillar un buen banco.
En aquella época en el cine se fumaba, se comían pipas, cacahuetes, chochos y para beber comprábamos una gaseosa entre unos cuantos y nos la íbamos pasando, como hoy se pasan las litronas en el botellón.
Aquello era ver y sentir la película en vivo y en directo. Allí, no se contenían las emociones.
Solamente, se contenían cuando tío "conejo", el acomodar- vigilante, que tenía una vara muy larga, la hacía reposar en nuestras cabezas, para hacernos callar.
El pobre hombre, no sabía a que atender, mientras estaba cuidando a los de la primera fila, los del gallinero le tiraban cascaras de chochos, de cacahuetes y de pipas; a su vez las personas mayores le gritaban, que pusiera orden, que no se podía oír la película.
Y por otro lado, tenía que vigilar a las parejas para que no hicieran manitas o se besaran.
No me extraña que el pobre hombre estuviera tan flaco.
Cuando se apagaban las luces empezaba el Nodo, el noticiario, casi siempre de los actos oficiales de Franco y su familia, alguna noticia de deporte y las procesiones de Sevilla en Semana Santa. Esas noticias, siempre nos llegaban con un mes o dos de retraso.
Al comienzo siempre había una gran pitada, no creo que de carácter político pues nosotros entonces estábamos en babia, o bien porque el nodo era repetido, o porque se cortaba o porque nos parecía interminable.
Al finalizar el nodo y comienzo de la película siempre había un gran aplauso y un buen pataleo.
En el descanso salíamos a comprar alguna chuchería, pocas porque había pocas perras, y a dar otro paseo carretera abajo y carretera arriba.
Volvíamos a entrar al cine, y era muy probable que ya te hubieran quitado tu sitio y tenías que buscarte la vida y sentarte en la repisa de la ventana, desde donde se veía la peli con el rabillo del ojo, y además eras el blanco de los del gallinero.
Aún así, con tan pocas comodidades, casi todos las zarceñas/os somos adictos al cine y un poco a comer pipas y un poco torrijas...
Lo mejor de todo, en estas fechas, para acabar con tanto luto y recogimiento, era irnos de excursión a comernos el bollo, y al regreso, por la tarde, ir a ver una "penícula" de Marisol el domingo de resurrección.
TORRIJAS
Troceas una barra de pan del día anterior.
1º- En un cazo pon leche a cocer con un palo de canela y azúcar. La leche debe quedar más bien dulce.
2º- Bate un huevo y pasa, primero, las rebanadas de pan por la leche, sin que se empapen demasiado para que no se rompan y después por el huevo.
3º- En una sartén pon aceite de oliva a calentar y cuando esté caliente, las vas friendo y cuando estén doradas por una cara se les da la vuelta por el otro lado.
4º - Las vas poniendo en una fuente y le vas echando un rociito de azúcar, canela y un chorro de leche .
Muy fácil, compra tomates muy coloraditos, muy rojitos.
En una cazuela honda, echa:
Los tomates pelados y troceados, medio ajo picado, media cebolla picada, medio pimiento verde picado, un buen trozo de pan, sal, vinagre y aceite de oliva virgén.
Lo trituras con la batidora y ya está hecho.
A mi me gusta muy espeso, como si fuera un puré de tomate.
CHULETILLAS DE CORDERO
Si las puedieras comprar en Zarza, sería estupendo...
Pon aceite en una sartén y cuando esté caliente fríe las chuletillas con ajito picado.
De postre fruta de temporada.
De cena una tortillita francesa, algo de fruta y un yogurt.
Compra un bote de alubias cocidas, que se vean enteritas y un poco grandes.
También compra unos 200grs de almejas o chirlas congeladas.
En una cazuela pon aceite que cubra el fondo.
Cuando el aceite esté caliente le añades casi media cebolla muy picadita, dos cucharadas de tomate frito casero, un trozo de pimiento.
Lo pones a fuego lento para que se vaya haciendo poquito a poco.
Cuando la cebolla empiece a estar transparente le añades las almejas y tapas la cazuela con una tapadera .
El fuego, lento, para que las almejas se vayan abriendo con el vapor.
Cuando las almejas estén abiertas, le añades una cucharada de harina y una cucharadita de pimentón de Zarza.
Le das unas vueltas y por último le añades las alubias.
Debes poner el agua, solamente, que las cubra y además un machado de ajo y perejil, azafrán o colorante.
Las dejas cocer a fuego lento hasta que veas que el caldo está trabadito.
De postre, siempre fruta de temporada. Este plato, con una buena ensalada de tomate y lechuga, puede ser plato único. Para la cena te haces un sanwich de pechuga de pavo con una loncha de queso, lechuga y tomate.
Compra un paquete de pasta de caracolillos, ya sé que sólo conoces los espaguetis y los macarrones, pero te vas a la sección de pasta y si te fijas hay otras. Y, las que yo te digo, tienen forma de caracolillos.
Bueno una vez superado este trance de tener que buscar los caracolillos.
Te vas a la sección de ahumados y compras una carpeta de salmón la más pequeña que haya, o , compras trucha ahumada, que también queda bien.
El salmón es de color "salmón".
Ya sé que no existe el color salmón en tu mente, pero debes de acordarte de cuando comías en casa de que color era el salmón...
Y, también sé que la única razón por la no lo compras, es, sencillamente, porque nunca se te ocurriría comprar algo diferente al filete de merluza o de gallo. En una cazuela pon agua a hervir con sal y una hoja de laurel (si tienes).
Cuando el agua empiece a hervir le añades la pasta y un huevo (bien lavado) y la cueces a fuego lento hasta que esté blanda. Que no te quede demasiado blanda.
Una vez cocida la viertes en un escurreverduras, para que se le vaya todo el agua.
En un bol echa:
la pasta fría, un tomate picadito, lechuga picadita, cebolla muy picadita, aceitunas negras picaditas, el salmón cortado en tiras y la clara del huevo picadita.
En un mortero machacas la yema del huevo duro y le añades aceite de oliva virgen y vinagre y se lo echas a la ensalada .
SARDINAS A LA PLANCHA:
Bueno lo voy a intentar..., en el super suele haber una pescadería, a parte de los congelados...
Hay que coger un número..., y suele haber cola...
Pues una vez allí, con tu numerito en la mano, cuando sea tu turno, probablemente detrás de una abuelilla , que son las que mejor comen, porque se saben cuidar...
Pide, 4 sardinas, a ver si te vas a hacer el valiente y pides un kilo de sardinas y tienes sardinas para un año.
Si la pescadera es amable, te las limpiará...
De lo contrario, cuando llegues a casa, coge una bolsa de plástico y unas tijeras y le abres la tripa a las sardinas, allí aparecerán las "tripillas", rojas y marrones, huelen un poco fuerte, pero nada que no se pueda superar.
Las lavas bien bajo el grifo.
Si haces esta operación eres un campeón.
En una sartén pon aceite en el fondo y cuando esté caliente pon encima las sardinas con sal si no la tienen. ( debes preguntarle a la pescadera si traen sal las sardinas)
Le das unas vueltas hasta que estén doradas por los dos lados.
Es posible que nunca hagas este plato y también es posible que entre el repollo de ayer y las sardinas de hoy te retiren el saludo los vecinos.
Pero tú inténtalo, pues estoy segura que has hecho cosas mucho, mucho más difíciles. De cena ensalada de pasta, pues siempre se hace demasiada y un bio desnatado.
Compras un repollo, lo troceas, lo lavas y en una cazuela lo pones a cocer, junto a una patata picadita, en agua hirviendo con sal.
Cuando esté cocido, es decir que esté blandito (yo creía que el nivel culinario había subido, pero ya veo, que estamos en las mismas....).En un escurreverduras (utensilio de plástico con agujeritos),viertes el repollo y la patata para que quede bien escurrido.
En una sartén grande pones aceite en el fondo y fríes un ajo laminado, o en trocitos.
Cuando el ajo esté doradito le echas una cucharadita de pimentón, retirando la sartén del fuego.
A continuación le echas el repollo y la patata y le das varias vueltas.
Por último le añades un chorrito de vinagre.
Cuando cocinas repollo hay un inconveniente, que deja un olor un poco peculiar.....
Bueno...., mejor dicho, apesta tu casa, la del vecino y toda la escalera.
Pero está muy rico......
TORTILLA DE CALABACÍN.
Pelas y troceas el calabacín y lo metes en un bol en el micro a potencia media durante 10 minutos.
En una sartén pones aceite, como un dedo en horizontal.
Cuando esté caliente echas el calabacín, le das vueltas hasta que se quede doradillo.
En un bol bates tres huevos y cuando el calabacín esté doradillo, lo vas sacando de la sartén y lo vas incorporando al huevo, con una espumadera, con el aceite escurrido.
Lo mezclas bien y le añades dos sabanitas de queso fundido.
En la misma sartén, retiras parte del aceite y dejas solo un poco en el fondo.
Viertes el huevo y el calabacín en la sartén y vas componiendo la tortilla con la espumadera (Dios mío, sabrá lo que es la espumadera.....)
A continuación con un plato o una tapadera le das la vuelta a la tortilla, para que se haga por el otro lado y que sea lo que Dios quiera.
De cena, si has conseguido hacer la tortilla, te sobrará un trozo.
Estamos próximos a la Semana Santa y en estas fechas mi madre solía hacer patatas “escabechás”(escabechadas).
Y hoy, yo voy a pretender que mi cocinero mayor del reino......
Se ponga con las manos en la masa y haga un plato exquisito.
Algún día tienes que liarte la manta a la cabeza y decir:
Hoy voy a invitar a mis amigos, les voy a hacer una buena comida; voy a dejar de lado el bote, la pasta y el arroz hervido.....
Voy a ser valiente y por lo menos lo voy a intentar.....
Estoy segura que estas patatas te gustarán mucho.
En una cacerola pones agua y metes unas cuantas patatas pequeñas, las dejas cocer.
Para saber si ya están cocidas las pinchas con un tenedor y si penetra, es que están cocidas.
Las viertes en el fregadero (bien limpio) y cuando estén casi frías, le quitas la piel.
Extiendes papel de film, suficientemente largo para doblarlo encima de las patatas ( yo no sé, si esto lo vas a entender, no quiero que creas que eres un paquete para la cocina pero es que....).
Vas colocando las patatas encima, un poco separaditas le pones el papel encima y las vas aplastando.
Las vas modelando, y tienen que quedarte aplastaditas y redonditas.
A continuación, cuando estén frías las rebozas 1º en harina y 2º en huevo.
En una sartén pones aceite y las vas friendo.
Una vez fritas, doraditas.
En una cazuela pones como un dedo en horizontal del aceite de freír las patatas.
Picas una cebollita, la sofríes y le añades una hoja de laurel, unos granos de pimienta, medio vaso de vinagre y un vaso de agua.
Por último le añades las patatas y las dejas cocer una media hora a fuego lento.
Las dejas reposar y se comen al día siguiente.
HUEVOS DUROS RELLENOS DE GAMBAS
Cueces los huevos.
Los pelas y los partes por la mitad y le sacas la yema.
Haces una ensalada con: lechuga muy picadita, cebolla casi rayada, tomate muy picadito, pimiento muy picadito, aceitunas negras muy picaditas y gambitas o langostinos cocidos y por supuesto pelados, ajito muy picadito.
Lo aliñas:
Con la yema machacada, el vinagre y el aceite de oliva.
Lo ligas todo muy bien y rellenas los huevos.
De postre, siempre, fruta del tiempo.
Para la cena hoy si que a la fuerza debes repetir, porque te habrá sobrado de la comida
En una cazuela pon aceite en el fondo y cuando esté caliente sofríe cebolla, pimiento, y dos cucharadas de tomate y medio ajito muy picadito. (Si alguna vez te falta algún ingrediente, no pasa nada, te lo digo, porque eres capaz de no hacer el plato porque no tienes tomate, por ejemplo.)
Cuando esté hecho el sofrito, le añades una punta de pimentón, un bote de lentejas cocidas y una patata picadita.
Una vez esté cocida la patata, lo retiras del fuego y lo pasas por la batidora.
Carne estofada:
Compra carne de morcillo de ternera (si puede ser en Zarza mejor).
En una olla pon aceite en el fondo, como un dedo en horizontal; cuando el aceite esté caliente echa la carne y la sofríes hasta que se que se quede doradita.
A continuación le añades media cebolla picadita, un ajo picadito, un pimiento, picadito, un tomate picadito, una zanahoria a rodajitas, perjil y una hoja de laurel.
Una vez esté la cebolla como transparente, es el momento de añadirle una cucharadita de pimentón.
Por último le echas un vaso de vino blanco y un vaso de agua y sal.
Hay que dejar que cueza hasta que la carne esté tierna.
Cuidado con el caldo, hay que vigilar que no se te consuma demasiado rápido, para ello debes poner el fuego bajo y si tienes que añadirle agua, pues se la añades.
Al final de la coccíón subes un poco el fuego para que la salsa se quede trabada y no te queden los trozos de carne nadando en un "chapatal".