Nosotras jugábamos al limbo y a pídola, ellos..., sólo: a pídola.
El juego del limbo cachimbo en mi pueblo es lo que en la ciudad dicen jugar a la rayuela.
Nosotras dibujábamos en la tierra el limbo, que era un rectángulo dividido en 6 cuadrados .
El juego consistía en tirar una piedra en el primer cuadrado de salida e ir llevándola con el pie a la pata coja, sin salirse y sin pisar las rayas.
Así sucesivamente ibas tirando la piedra al cuadrado siguiente, hasta que te los recorrías todos sin perder.
E íbamos cantando:
Limbo cachimbo
Anso descanso.
Finalmente para ganar había que hacer el recorrido por el limbo con los ojos cerrados.
E ibas cantando:
Pisoooooooo.
-Te contestaba la compañera de juego:
Chorizoooooo ( en el caso que acertaras y no pisaras la raya)
Y, seguías, Pisooooooooo....
Si te contestaba:
Morcillaaaaaaaaa (En este caso habías pisado la raya y habías perdido)
En el momento que te salías o pisabas la raya, perdías y le tocaba el turno a la siguiente compañera.
Casi siempre, aunque teníamos los ojos cerrados hacíamos alguna trampa e íbamos mirando un poco y si se daba cuenta la compañera ya estaba liada...:
Tramposa, que eres una tramposa, llegaba el momento de los tirones de pelos y acababa la sesión con la cantinela:
Las tramposerías de San Juan en el cielo se verán.
Y tu le contestabas, y tú más...
PÍDOLA
Jugar a pídola era el juego por excelencia de los muchachos, pero así como ellos no jugaban nunca al limbo nosotras si que jugábamos a pídola.
No sé que significa la palabra pídola pero el juego consiste en saltar a burro.
A una niña/o le tocaba quedarse de burro y los demás lo iban saltando.
Las reglas del juego eran :
Delante del burro se hacía una raya y al saltar no podías pisarla y tampoco podías tocar al burro con las piernas y debías saltarlo limpiamente.
El primero que saltaba iba cantando:
Pídola y paseeee...
Y se tenía que saltar de la misma forma que había saltado él, e iba saltando el siguiente de la fila.
Cuando saltaba toda la fila de niños si ,no perdía nadie, el burro se iba alejando de la raya .
Y cada vez se iba saltando desde una distancia más grande del burro, hasta que llegaba el momento que ya no podías saltar desde una distancia bastante retirada del burro y perdías y entonces te tocaba ponerte de burro.
Ponerse de burro era bastante cansado, cuando ya estabas medio derrengada porque todos saltaban y no perdían, sólo te quedaba la alternativa de agacharte cuando una o uno iba a saltar, lo hacías porque estabas cansada o por mala idea, y en ese instante ya se liaba la marimorena porque el niño se caía, y tú... "arrebujaaaa" con ella y con todos los de atrás que venían con el gran impulso para saltar.
Al final acabábamos todos tirados en el suelo unos encima de otros formando una montaña...
De pídola había bastantes variantes:
Yo recuerdo a medias una variante de pídola y pase..., a la que sólo jugaban los chicos porque era un juego muy bestia.
El que se ponía de burro se podía preparar para recibir una buena paliza, pero en forma de jolgorio y gran algarabía.
Bueno, pues se colocaba el burro y una gran fila de chicos iban saltando y contando hasta 10.
A la una..., sale la mula...
A las dos..., suena el reloj...
A las tres..., te maté...( le daban un golpe al burro)
A las cuatro..., sopapo...(le daban un sopapo)
A la quinta..., liquiliquiiiiiii..., si te pica que te pique y si no te la rascas..., (y al saltar le daban con la puntera del zapato en el culo al burro)
A la sexta..., pon los huevos en la cesta ( y en lugar de poner las palmas de las manos al saltar en el burro saltaban con todas sus fuerzas poniendo los nudillos de las manos en la espalda del pobre burro).
A la septima..., ( no me acuerdo, si alguién lo sabe lo pondré)
A la octava..., palmas, culiqui y culá..., (al saltar le daban al burro una buena palmada, una patadita en el culo y finalmente se sentaban encima, eso era la culá.
Al novena...,(no me acuerdo, pero yo creo que ya se debía como decir, me das penaaa...
A la decima..., un pellisquito en el culo y a echar a correr.
Daban toda la vuelta al grupo escolar de las chicas y según iban llegando, en un circulo que habían dibujado en el suelo, iban echando un escupitajo y si el burro adivinaba de quién era el escupitajo se libraba y se ponía de burro el propietario del escupitajo.
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