El domingo se celebró en Zarza la romería de la virgen.
Esta fiesta, es nueva en Zarza , quiero decir que se empezó a hacer hará unos 20 años o algo menos.
Los quintos, cuando celebran sus 50 tacos se reunen todos y todas para comer .
Los quintos, cuando celebran sus 50 tacos se reunen todos y todas para comer .
Y queriéndole dar más trascendencia a la cosa decidieron, en su día ser mayordomos de la virgen de Fátima y hacerle un altar en pleno encinar.
Desde entonces todos los años se hace la romería hasta allí con la virgen, y don Emiliano hace una misa y cantan los coros de Zarza la Salve rociera.
Los quintos se montan su caseta e invitan a dulces y a ponche.
Los demás nos reunimos con los amigos y familias y pasamos un día comiendo en el campo, que en estas fechas está precioso.
ROMERÍA DEL CRISTO
La romería del Cristo tiene más tradición, yo la conozco de toda la vida.
Hace muchos años que no voy porque no me coincide, pero lo que se hacía antes era coger el tomillo, la flor del cantueso y cubrir todo el suelo de la ermita con él.
Hace muchos años que no voy porque no me coincide, pero lo que se hacía antes era coger el tomillo, la flor del cantueso y cubrir todo el suelo de la ermita con él.
El cura lo bendecía y así simbólicamente bendecía los campos, para que hubiera buenas cosechas.
Al finalizar la misa, cada uno cogía un ramo de tomillo bendecido del suelo y se lo llevaba para su casa.
A mi me encanta el olor del tomillo.
En fin, que en Zarza no nos faltan motivos para estar de fiesta, raro es el mes que no hay alguna celebración y que no falten.
(Con lo cerca de Zarza que está, los coches se deberían dejar en el pueblo)
Cuando yo era pequeña el día 3 de Mayo se celebraba el día de la cruz bendita.
Los padres o hermanos mayores nos hacían una cruz de madera y nos la adornaban con claveles, margaritas y flores de geranios y le ataban una cinta de raso.
Nos daban la cruz y la merienda y nos íbamos a pasar la tarde a la dehesa entre las encinas.
Por el camino del solitario, que a los lados se formaban grandes praderas.
Llevábamos aguja e hilo, y en estas fechas que el campo está lleno de margaritas amarillas, les quitábamos el tallo e íbamos ensartándolas con la aguja y el hilo.
Nos hacíamos grandes collares y coronas de flores y así pasábamos la tarde, riendo, jugando y bailando.
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