lunes, 4 de enero de 2016

El Portal de Belén de Rosamari y La granja de Paco de la dehesa







Quiero dedicar esta publicación a dos personas a:
Rosamari y a Francisco


A Rosamari por su magnífico Portal de Belén que ha montado en el local que tienen en la plaza del Llano, lugar donde el abuelo de su marido Maximiliano tenía uno de los mejores comercios del pueblo, donde podías comprar absolutamente de todo desde una bobina de hilo a bellas madejas de seda, tripas de vaca para la matanza, especias, buenas mantas de lana, braseros, perfumes, medias de seda, telas, colchas, ropa de luto, mandiles, rapones y jubones, abanicos, sandalias y boinas, sombreros de paño y de paja, aperos de labranza  y alimentos perecederos.
Pues aquí en este local del Llano  Rosamari  me comenta que ha recreado su “Nacimiento” en el campo extremeño y es verdad ha representado con gran acierto la dehesa extremeña con toda su vegetación autóctona con tanta delicadeza, mimo y detalles que ha conseguido una recreación muy buena.
Hay que observarlo detalle a detalle: las carrascas, las cebollas silvestres, el tomillo…, los arroyos, los puentes, las charcas…
Cuando estaba observando el Belén, y Rosamari me iba contando detalle a detalle con tanto apasionamiento me he dado cuenta que aún lleva dentro la niña que fue.
Recuerdo cuando llegó con sus padres Avelino y Adela a vivir a Zarza procedente de Granadilla allá por los años 60 cuando se produjo la expropiación.
Y la recuerdo muy bien porque vinieron a vivir al lado de la casa de mis padres.
Su padre Avelino, guarda de los pinos, hombre pequeño y enjuto, amable y alegre siempre iba subido en un enorme y bello caballo.
Su madre Adela era una mujer encantadora que siempre tenía unas palabras amables con los niños en aquéllos tiempos en los cuales los niños más bien éramos tratados con brusquedad por los adultos.
Y  en cuanto a Rosa, recuerdo que inmediatamente de su llegada nos hicimos amigas, aunque era un año o dos menor que yo.
Era una niña muy guapa, morenita de ojos oscuros, siempre muy abiertos…, con mucha energía y llena de vitalidad, muy movida, siempre buscando algo…que hacer y decir, y sus palabras se atropellaban unas a otras cuando querían salir de su boca a gran velocidad.
Jugábamos a todo lo que se nos pusiera por delante con los demás niños del barrio:
A guardias y ladrones, indios y vaqueros, a la goma, a los botones, al limbo cachimbo, a la vilandra, a pídola y pase… Y lo que recuerdo con más cariño es cuando íbamos a hacer teatro a la fábrica de harina de María “guala”.
Os pongo las fotografías del Belén pero lo podéis ver en vivo y en directo en la plaza del Llano.
A simple vista todos los belenes parecen iguales pero como dice Rosa hay que fijarse en los detalles.































                                                                            II

                                                  La Granja de Paco de la Dehesa




En esta publicación dedicada al Belén no tengo más remedio que incluir unas fotos de la bonita granja del señor Francisco el “cabrero” más conocido como Paco de la dehesa.
¡Aquí hay un belén viviente perfecto!
Es la granja más bonita y coqueta que tenemos en la dehesa y por estos alrededores, yo siempre que paso por ella me quedo como abobada mirando:
La casita al lado de una gran encina centenaria, la pequeña charca con sus ocas y patos nadando en círculo o paseando siempre alineados por la orilla.
A las ovejas con sus corderitos detrás comiendo hierbas frescas, a las gallinas, pavos y pavos reales campando a sus anchas…
Cuando pasé por allí el día después de  Navidad me encontré con Paco, que aunque ya está jubilado de su profesión de cabrero y de pastor de toda la vida, él sigue yendo todos los días a su granja y sigue cuidando de sus animales.
Es envidiable la salud de este hombre, de ojos claros y mirada perdida en el tiempo, que a sus ochenta y tantos… años de edad, todavía vaya y venga y mantenga esa dura actividad diaria de cuidar de su ganado.
Ese día Paco había matado un pavo y estaba hirviendo agua para desplumarlo, estas cosas tan naturales, tan cercanas y tan alejadas de la realidad de estos tiempos ya no se ven en ningún sitio si no es aquí..., en esta bonita granja y portal viviente de Francisco y su familia.
Una vez más le dije a Francisco que me encantaba su granja y posó muy amablemente para que le hiciese las fotos que os pongo aquí.