viernes, 8 de marzo de 2013

Camino a las Aldobaras: mirando al suelo





















El fin de semana pasado, que hizo espléndido, fuimos a las Aldobaras, un lugar precioso que está a pocos kilómetros del pueblo.
Para llegar hasta allí salimos del pueblo por la carretera vieja de Granadilla, cruzamos por "Camporrute":
 Precioso lugar, a pesar de que la mayoría de las encinas se han secado ya... y las han cortado.
Pasado Camporrute (qué nombre tan chulo) hay una subida, pelada de vegetación, hace años, en esta zona había tantas jaras que apenas se podía andar por estos parajes, pero últimamente las jaras están desapareciendo y sólo quedan los restos de sus tallos, secos, deshidratados y retorcidos, dándole un aspecto un tanto desértico a la zona.
Es una pena, no sé a qué puede deberse la desaparición de las jaras, es posible que se deba al excesivo pastoreo, unido a alguna enfermedad similar a las de las encinas.

Seguimos monte arriba, es una subida muy suave, y al llegar a la cima,  inmediatamente se produce un descenso muy pronunciado  para llegar a la hondonada donde se encuentran las Aldobaras, y aquí cambia el paisaje por completo:
Es un terreno escarpado con grandes canchales de pizarra, destaca, en lo alto, el canchal llamado del "bujo" (búho).
Las grandes lanchas de pizarra están llenas de musgos y líquenes, propio de zonas con una atmósfera limpia y sana.

La vegetación, es de monte bajo:
 Jaras, tomillo, aguaperos, retamas y de un laberinto de tamujas a la orilla de las aguas, las cuales discurren precipitadas, por un lecho de galletitas de pizarra de todos los tamaños.
 Corren las aguas haciendo curvas, recovecos  y pequeños meandros hasta llegar a fundirse con las aguas de una cola  del embalse del río Alagón.

La fauna es variada:
Hay por la zona, liebres y conejos, que nuestro amigo Trino cazaba en sus buenos tiempos por esta zona.
También se encuentran las huellas de los Jabalíes y ciervos que bajan a beber las aguas fresquitas del  arroyo.
 Aún hay raposas..., y algún gato montés, hubo en otros tiempos.
Águilas, milanos y buitres, sobrevuelan en su cielo.

A la orilla del agua, entre corralitos de  tamujas, se forman praderitas donde te puedes sentar a comerte el bocadillo.
Nada mejor, para la ocasión, que un bocadillo de tortilla de chorizo: jugosita, poco hecha y con chorizo tierno.
 El bocado es exquisito porque el pan se queda impregnado del aceítillo de oliva, del  huevo y de  la grasilla del chorizo.

Y si tienes sed nada mejor que echar un trago del agua corriente que tienes a tus pies.
No sé... si el agua será potable o no... pero yo he bebido y me ha sabido a gloria, está limpia y cristalina y es suave y fina, a penas tiene cal.
Dicen que las mozas de Granadilla tenían un precioso cutis porque se lavaban la cara con el agua de las Aldobaras.

¡Uhm...! Mi hermano Quique, como me estará leyendo, es seguro que se estará relamiendo...imaginándose la situación, porque se tiene bien pateada esta zona, cuando iba de caza con mis hermanos, mi padre y Trino.

También se acordará de la merenderina de aluminio donde mi madre les ponía el almuerzo:
Miajas fritas, costillas adobadas fritas y choricillo frito.
Seguro que se sentaban a la orilla del agua abrían la merenderina y sacaban las tajadas, las ponían encima del pan e iban cortando con la navajina y comiendo.
 Y, para que pasará bien el bocado: un buen trago de la bota del vino de pitarra que hacía mi padre.

Las personas por desgracia se van, pero queda este lugar precioso, y aún virgen, para poder revivir los recuerdos y pasar un buen día de campo.

Yo pienso volver varias veces en primavera cuando las jaras, el cantueso y los aguaperos estén florecidos.... y si hace bueno, es posible que hasta  me bañe en las aguas de las  Aldobaras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola ,
Siempre nos logras emocionar con tus relatos .Buenas fotos !!!
Besos.
Mariche.

luz rodriguez garmon dijo...

Brigi, muy bonito el recorrido, por cómo lo describes y por las fotos que has hecho.Y la tortilla, efectivamente debía de saber a gloria.
Sigue....