miércoles, 7 de diciembre de 2011

SOPAS DE ALMENDRAS DE LA ABUELI CARMEN




Esta receta se la dedico a Carmen, mi suegra, una gran mujer, que vivió tres o cuatro generaciones adelantada a su época y supo estar a la altura de las circunstancias tanto en los buenos momentos de su vida como en los no tan buenos.
Era muy independiente y muy moderna, fumaba cosa que no hacía casi ninguna mujer de su generación, aunque ahora lo moderno sea  no fumar.
Ávida lectora de novelas negras, policíacas y de intrigas.
Tenía un  gran sentido del humor y se reía de sus meteduras de pata en los refranes, que no decía uno derecho, de su inglés, castellanizado, cuando nombraba a algún deportista de lengua inglesa, de su mal oído para las canciones y para los títulos. 
Por ejemplo..., le decía a su hijo ( a mi marido que canta muy bien):
Hijo cántame la canción de esa... de la  "Paloma despistá...." de Serrat.






 Le gustaban los deportes, cosa rara tanto en las mujeres de antes como en las de ahora, en las que me incluyo.
Tenía pasión por  el tenis, por  el fútbol, el baloncesto y el atletismo.
Le encantaba la televisión, las tardes de los sábados y domingos se las pasaba viendo los partidos de fútbol y a la vez oyéndolos por la radio.
Envuelta en una nube de humo, en una mano tenía el transistor pegado a la oreja y en la otra alternaba el cigarrillo con el bolígrafo, con el que no paraba de escribir en el boleto de la quiniela, no sé que demonios hacía con la quiniela que tenía encima de la mesa camilla.
 Nunca me enteré de lo que escribía y apuntaba  en ella. Imagino que debían de ser los resultados que iban dando por la radio.
No lo sé..., sólo recuerdo que escribía mucho en el boleto y que los tenía  todos repintados.
En los descanso de los partidos pasaba a otra actividad, hacía crucigramas y no paraba de fumar. Sus colillas tenían señas de identidad, estaban marcadas de carmín rojo.

Mi suegra, Carmen, era poco cocinilla yo creo que sabía hacer como cuatro platos más o menos..., eran pocos..., pero los pocos que hacía le salían fenomenal. 
Estos eran:
-Las patatas cocidas viudas, siempre las hacía en una cazuela de aluminio un poco "abolladilla" y le salían estupendas.
-El cocido también le quedaba buenísimo, recuerdo como todos se peleaban por el tuétano de los huesos de caña de ternera.
-Croquetas que hacía con los restos de la carne del cocido, o con restos de pollo asado; yo no he vuelto a probar unas croquetas tan buenas como las que ella hacía.
-El pollo asado en la olla .
-Y..., muchos, muchos días hacía un estupendo puré de patatas de  sobre "Maggi".

La sopa de almendras la solía hacer Carmen, mi suegra, de primer plato en Nochebuena y le salía riquísima.

Su plato estrella era: la sopa de almendras y el pollo trufado. 
Aquí os pongo la receta.

Sopas de almendras de la abuela Carmen:






-Dos dientes de ajo

-200 grs. de almendras crudas.

-Rebanadas de pan.

-Aceite .

-Vinagre.

-Sal.


Elaboración:

-En una cazuela ponía  un chorro de aceite a calentar y freía dos ajos, cuando estaban dorados los sacaba.

-A continuación en el mismo aceite echaba las almendras, las doraba un poquito y las retiraba.

-Seguidamente freía unas rebanadas de pan.

-En un mortero machacaba los ajos, las almendras y las rebanadas de pan con sal gorda.

-Ponía un litro de agua a hervir y cuando el agua empezaba a hervir le añadía el majado del mortero y un chorrito de vinagre.

-Lo dejaba cocer durante 20 minutos a fuego moderado alto y finalmente le echaba un huevo a medio batir.

Y así , de esta forma le quedaba una sopa estupenda para la cena de Noche Buena.





1 comentario:

luz rodriguez garmon dijo...

Brigi, muchas gracias por acordarte de tu suegra, que era mi madre. Efectivamente era una mujer muy adelantada para su época, como lo eran casi todas sus hermanas. En su juventud, rompieron moldes de lo que eran las chicas de entonces, por sus aficciones, su forma de ser.....
Describes muy bien todos los gustos de mi madre.... aunque se te ha olvidado su delirio por el marisco.... Yo, cada vez que me como una gamba, y no digamos una nécora, me acuerdo de ella. El otro día tuvimos una mariscada, y en un momento, miré para arriba y dije: Mami, esto va por tí.