miércoles, 3 de octubre de 2012

LAS GAFAS DE "CERCA"






"Algo-Bastante"cambia tu vida  con la vista cansada o presbicia, o si no que me lo pregunten a mí...
Cansada está mi vista y cansados mis ojos  que ya  no quieren o pueden ver  lo pequeño..., y esto es un gran problema ya que estamos rodeados de cosas pequeñas .
Así, por ejemplo, sin ir más lejos la terrible "letra pequeña"en todas sus dimensiones.

Sí, sí , claro que nos interesa leer  la letra pequeña y si no que se lo pregunten a las personas que  han engañado los banqueros con las "preferentes..."
Seguro que más de uno no llevaba gafas de "cerca" y no leyó la letra pequeña y los banqueros tan contentos...

Necesito las gafas de "cerca"desde  hace aproximadamente diez años, y me paso el día más pendiente de ellas que de otra cualquier cosa, y estoy cansada de ir detrás de las dichosas gafas por toda la casa...
 Cuando me apareció la “vista cansada” tardé un tiempo en adaptarme al mareo que supone estar leyendo con las gafas y a continuación levantar la vista de la lectura para mirar hacia otra dirección, tienes que bajarte inmediatamente las gafas porque  de lo contrario el  mareo es seguro.
El primer año hasta dejé de leer y eso contribuyó a embrutecerme durante una buena temporada, pero prefería estar desinformada a pasar un mal rato leyendo.
Luego poco a poco fui entrando en verea...,  y mis ojos se acostumbraron a las gafas y retomé la lectura.
 Pero ya nunca es como antes de no "necesitarlas".
Las personas que han llevado gafas toda la vida, no pueden entender, que una simple vista cansada de tantos problemas...

 
Tengo como cinco gafas: dos buenas, y de estas dos, unas de más graduación para leer y otras, de menos graduación, para trabajar con el ordenador. Así que tengo que estar cambiándome las gafas cada vez que dirijo la mirada a la pantalla del ordenador y a continuación a cualquier texto, que esté más próximo a mí.
La distancia es muy importante, yo tardé en darme cuenta de esto...

 ¡Qué no me digan a mí los que siempre han llevado gafas que esto no es un auténtico  mareo...!

Las otras tres gafas las tengo repartidas por toda la casa, estas son baratas, los cristales no son orgánicos, ni antireflejos, son como lupas, para en un momento dado ver lo que pone en cualquier sitio.
Aún teniendo cinco gafas hay momentos que voy a echar mano de una de ellas y palpo en el bolso, (porque yo en mi bolso busco las cosas palpando, reconozco las cosas por el tamaño y la forma: móvil, cables de diferentes tipos y tamaño, monederos, billeteros, klinex, llaves de casa y del coche, papeles con recetas y con teléfonos apuntados, la manzana del desayuno..., etc.
 Un pozo sin fondo. 
A veces me suena el móvil y mi marido me pregunta: ¿Dónde tienes el móvil? y yo le digo : en el bolso.
Y,  él dice: ¡Horror!, pero..., ¿dónde?
 Y, yo le contesto: no sé..., tú, "palpa", "palpa".
 Yo sé que eso le pone negro..., pero mi bolso es mi "república independiente".

 Bueno pues volviendo a las gafas..., yo palpo y palpo en el bolso, porque ya no quiero ni mirar, y muchas veces no las encuentro y es que las gafas de vista cansada las hacen con patas voladoras. Lo mismo aparecen en el cajón de recetas de la cocina, que en el cuarto de baño, en la mesita de noche, en la mesa del jardín, o de la terraza, o encima de la cama, o en el huerto.

Cuando mayor dificultad encuentro es si alguna vez voy a comprar a un super y me he "olvidado" las gafas de "cerca".
 Para ver el precio, lo primero que hago es retirarme el artículo a medio metro, lo alejo y lo acerco, y cuando ya me rindo porque, antes esto del alejamiento daba resultado. Ahora, ya puedo estirar el brazo hasta China, que no veo nada, sólo veo un borrón, (hablando de China a lo mejor los chinos sacan algún invento mejor que lo de las gafas de "cerca").Y, "viendo" ya..., que no "veo", nada,  me acerco a una chica joven y le digo con cara de "boba- culpable":
 ¿ Me puedes decir el precio que marca..., que se me han olvidado las gafas?.
Y, si la chica no tiene gafas parece que se solidariza contigo y te dice sonriendo lo que allí pone.
Pero, si no  has tenido la precaución de preguntárselo a una que no lleve gafas; es decir, que si se lo preguntas a una que lleva gafas, te mira con cierto desprecio y te dice el precio, pero casi a regañadientes, porque ella probablemente lleva gafas desde que tenía 5 años y no se le ocurre salir de casa sin ellas.
Esto es lo que ella  te quiere decir con una mirada de reproche, cuando te lee el precio del artículo:
“Mira so boba” no puedes salir de casa sin tus malditas gafas de vista cansada aunque tu te creas que no las necesitas.
Y, eso que no se me ha ocurrido preguntarle que me lea los aditivos y conservantes que lleva la lata...

Yo creo que a veces se me olvidan a propósito para no ver la cruda realidad, ya que con la vista cansada te desaparecen los granos, las arrugas, los pelos, las manchas, las canas..., las malas noticias, etc, etc...
Bueno, realmente,  no desaparece nada de estas cosas, a veces hasta se multiplican por mil, pero, oye..., tú.... te quitas las gafas... y  como no los ves,  como que desaparecen estos problemas y estás más tranquilita.
Aún a sabiendas que lo que tu no ves..., lo ven los demás.
 Excepto, si la "victima" es más o menos de tu edad..., ya que piensas que no te va poder controlar mucho porque debe estar en tu misma situación.

Cuando peor lo paso es cuando voy a un restaurante y no veo absolutamente nada del menú. Me espero a que lo lean todos o bien pido que alguien me lo lea, o pido unas gafas, que siempre alguien lleva algunas o le echo morro y se las pido al camarero.
Y, siempre me encuentro con la mirada de reproche de mi marido: con su "meneo" de cabeza habitual...

Son un autentico coñazo las “gafitas de cerca”. Si estás cocinando no quiero decir nada, si tienes que leer por ejemplo una receta de una tarta y estás con las manos en la masa, tienes que estar bajándotelas y subiéndotelas todo el rato. Al final acaban con un pegote de masa en el apoya-nariz y con los cristales todos sobeteados y con un mareo impresionante de tanto quitármelas y ponérmelas.
Y pasa lo que pasa..., que le transmites a la tarta el "stress" que supone el "quita gafas" y "pon gafas" y al final la tarta se chafa.

Otro problema es depilarme las cejas, porque ya me diréis como me las apaño..., si justo la montura de las gafas coincide con ellas.
Si me las bajo un poco y miro para arriba para apañar el pelo, no veo nada y si mantengo las gafas en su sitio no sé como apañármelas con la pinza.
Palpando..., palpando, más o menos me depilo las cejas.

Durante mucho tiempo las he llevado colgadas de una cadenita, pero me he cargado las patillas con los abrigos.
Mi dentista lleva unas gafas que no tienen patillas, salen, directamente de la lente, un cordón de goma o de silicona. Él dice que son más cómodas pero un poco caras. Claro que él bien las puede pagar...
Y, por otra parte a mi lo único que me gusta de las gafas de "cerca" es: moder la patilla.

La persona que invente "algo" para los que no vemos de "cerca" y vemos mucho de lejos, se forrará...

Pero "algo" útil, cómodo y barato.

Porque al fin y al cabo estas gafas son :
 Una simple "LUPA".

4 comentarios:

sapindana dijo...

te prometo que es peor no ver de lejos y que ese lejos cada vez esté más cerca, hasta tener que pegarte las cosas a la cara si no llevas las gafas. Hay miopes que no son antipáticos ni despistados simplemente no te ven.
Besos mami

Brígida Seguín Hernández dijo...

Ya lo sé hija, ya lo sé.
Esto son bobadas mias.
Besitos.

Isabel dijo...

A mi me pasaba lo mismo. Trabajo bastabe tiempo delante de un ordenador y era un sin vivir. Hasta qué llegaron a mi vida las gafas ocupacionales. Son una especie de progresivas, pero graduadas solo para visión de cerca y media distancia. Puedes leer, ver el ordenador, cocinas, etc sin tener que cambiar las gafas. Todo un cambio, vamos que soy otra. Sólo los que teníamos este problema pueden entenderlo.
Felicidades por tu estupendo blog.

I

Brígida Seguín Hernández dijo...

Gracias Isabel,buscaré enseguida esas gafas ocupacionales que me comentas.
Un abrazo.